Los datos de pérdidas y desperdicio alimentario son alarmantes: en Cataluña cada persona derrocha 35 kg de comida al año, es decir, un 7% de los que adquiere.
Esto tiene un coste ambiental enorme; de hecho, entre el 8 y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global son causadas por el desperdicio alimentario.
¿Qué podemos hacer para combatir ese despilfarro desbordado? Compartimos 9 propuestas que te pueden ser de gran utilidad en tu día a día.
1. Da valor a los alimentos
Sobre el valor que damos a los alimentos habla extensamente Ada Parellada. Evitar el desperdicio alimentario es una de las mayores prioridades de su trabajo. Explica que en los últimos años ha habido un cambio muy importante de la actitud de la clientela, ya que todas las campañas de sensibilización han sedimentado: «no del todo ni en toda la población, pero sí que van pisando y el mensaje se va consolidando”, dice.
“Hace diez años, lanzar comida tenía cierto prestigio; pero ahora no, ahora no tiene nada: ahora tirar comida es un pecado. Valoramos más los alimentos: lo normal es ser sostenible, no puede ser la anormalidad”, explica Parellada.
Además, dice que recuperar la mesa es fundamental para recuperar el valor de los alimentos y amarlos. También explica que al sentarnos en la mesa, debemos hablar de lo que estamos comiendo, debemos transmitir el valor de lo que cocinamos al resto.
En su libro «La cocina sostenible», explica que uno de los alimentos menos valorados en la restauración es el pan. “Se lanza de forma absolutamente arbitraria y exagerada. Tradicionalmente, en la restauración el pan se regala y esto ha hecho que, normalmente, no sea de mucha calidad. Yo he querido cambiar esta tendencia y ahora lo cobro. Así, hemos reducido un 70% el pan que arrojábamos.”
>Lee la entrevista completa en Ada Parellada (también la puedes visualizar en vídeo)
2. No descartes frutas y verduras por su aspecto
Sobre el aprovechamiento alimentario saben un montón en Es im-perfect (proyecto de la Fundación Espigoladors), una marca de conservas vegetales comprometida con la sostenibilidad y la justicia social.
Elaboran patés vegetales, mermeladas y salsas con frutas y verduras de proximidad descartadas del circuito comercial por ser imperfectas, por caídas de precios o por excedentes de producción. En Es im-perfect dan un nuevo valor a estas frutas y verduras de la mano de un modelo basado en los principios de la economía circular.
¿CÓMO SON LAS FRUTAS Y VERDURAS IMPERFECTAS?
- Formas diversas: zanahorias con dos piernas, patatas con formas inusuales… se suelen quedar por el camino, ¡pero la realidad es que tienen el mismo sabor que las demás!
- Demasiado maduras: los frutos maduros que no podrían aguantar mucho tiempo en las tiendas ya no se comercializan.
- Manchas y marcas: según los criterios estéticos del mercado, las frutas y verduras deben tener la piel lisa y uniforme.
- Demasiado grandes o demasiado pequeñas: el mercado alimentario fija tamaños máximos y mínimos para que ciertas frutas y verduras sean comercializables.
- Excedentes: cuando el precio del mercado cae por debajo de los costes de producción y recolección, obliga a productores y productoras a dejar la cosecha en el campo.
3. Compra productos locales y de temporada
Tal y como explica el Canal Salud de la Generalidad de Cataluña, los alimentos cultivados localmente pueden ser una opción respetuosa con el entorno. Ahora bien, solo en caso de que escojamos aquellos que son de temporada en la zona en la que vivimos.
Es decir, que el coste energético por producir y almacenar alimentos fuera de las temporadas naturales de cultivo puede llegar a ser superior al que cuesta transportar alimentos que son de temporada a zonas más lejanas.
> Consulta en el blog de Menja, Actua, Impacta un conjunto de artículos sobre proximidad y temporada para profundizar en la temática.
4. Elige productos con pocos intermediarios
Una buena parte de los alimentos que consumimos realizan trayectos transoceánicos para llegar hasta nuestro plato. Por ejemplo, el caso de los garbanzos: aunque se pueden cultivar en la Península Ibérica, se importan en grandes cantidades. La distancia media entre el agricultor que produce los garbanzos y el consumidor que los adquiere es de 7.500 km. En el informe Alimentos Kilométricos explican que es un trayecto transoceánico totalmente prescindible, ya que es un producto que hace unos cuarenta años que se cultiva localmente.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con el derroche alimentario? Tal y como explica la guía «Un consumo + responsable de los alimentos» los productos de proximidad contribuyen a prevenir el derroche porque existe una regulación más esmerada entre la oferta y la demanda en los centros de venta. Además, hay menos probabilidades de romper la cadena del frío y que los productos, por tanto, se acaben dañando.
> Lee el artículo «Del huerto al plato: y tú, ¿qué camino eliges?» para saber más.
5. No te dejes llevar por la compra compulsiva, como las ofertas de 2×1, que quizás no necesitas
Tal y como explica la Agencia Catalana de Consumo, es importante evitar aquellas ofertas que no se ajusten a la planificación que has hecho y que te hagan comprar más cantidad de la necesaria.
En la guía «Un consumo + responsable de los alimentos» hablan de estrategias de mercado para traspasar excedentes de los distribuidores hacia los consumidores. Al comprar más cantidad de la necesaria, el resultado termina a menudo en derroche de parte del producto adquirido.
6. Planifica las comidas para aprovechar todos los alimentos
Comprar sin suelta ni vuelta puede ser muy perjudicial si hablamos de desperdicio alimentario. Así pues, tal y como se explica en el documento “Cocina de aprovechamiento de alimentos”, pensar los menús de la semana antes de la compra puede ser muy útil para comprar las cantidades exactas.
Además, revisar los alimentos que tienes en la nevera y la despensa antes de realizar la compra también es imprescindible. Si no, es posible que compres productos que ya tenías y tengas que acabar tirando alguno.
Después de estos dos pasos previos es cuando debemos escribir la lista de la compra con todo lo necesario.
7. Conserva correctamente los alimentos
Mantener las condiciones de temperatura que necesita cada alimento es un factor clave para evitar el desperdicio. Tal y como explica la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, es primordial seguir las instrucciones de conservación que figuran en la etiqueta del alimento.
También recomienda revisar el frigorífico con frecuencia y congelar cualquier alimento que se empiece a dañar si no se puede consumir inmediatamente. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, la leche, el queso, los embutidos, las hortalizas o la fruta también se pueden congelar!
En cuanto a la distribución en la nevera, los yogures, quesos, embutidos, alimentos cocinados y envasados y semiconservas deben ir al estante superior.
En caso de que sigas una dieta que incluya proteína animal, la carne, el pescado y el marisco debes colocarlos en el estante inferior (necesitan más frío). Como ya hemos dicho, es importante que si no vas a consumir la carne o el pescado pronto, los congeles para asegurar que no se estropeen.
Por último, en los cajones de la nevera es donde debes guardar las frutas y hortalizas.
En cuanto a las salsas, mermeladas, bebidas y huevos, su sitio es la puerta de la nevera.
8. No tires los alimentos por la fecha de consumo preferente, fíjate en la fecha de caducidad
¿Conoces la diferencia entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad? Después de la fecha de consumo preferente, es posible que el producto sea aún seguro para la ingesta, siempre que se sigan las instrucciones de conservación y que el envase no esté roto. Ahora bien, después de la fecha de consumo preferente, es posible que el alimento empiece a perder sabor y textura.
La fecha de caducidad, en cambio, es el día hasta en que se puede consumir el alimento de forma segura. ¿Y si congelas el alimento justo después de comprarlo? Pues es posible que sea seguro consumirlo más allá de la fecha de caducidad, siempre que se haga debidamente. Hay que seguir al detalle las instrucciones del envase: “cocinar sin descongelar” o “depositar el alimento en el congelador hasta la fecha de caducidad”, por ejemplo.
Así pues, antes de lanzar un producto porque la fecha de consumo preferente ya ha pasado, fíjate si hace buen aspecto, olor y gusto y asegúrate de que el envase esté intacto. Si todo se cumple, puedes consumir el alimento sin preocuparte. También debes tener en cuenta las instrucciones de conservación una vez inicies el envase, tal y como recomienda la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria.
> Lee el artículo “Desmentamos mitos sobre la caducidad de los alimentos” para profundizar en la temática. Además, ¡incluye un cuestionario muy divertido!
9. Prepara recetas de aprovechamiento
La cocina de aprovechamiento está muy presente en la cocina catalana, tal y como explican en el documento “Recetas de aprovechamiento. La comida no se lanza” del Ayuntamiento de Barcelona.
Las recetas de aprovechamiento evitan que echemos una gran cantidad de comida. Además, promueven el ahorro económico, ya que se utilizan alimentos que probablemente habrían terminado en la basura.
Aprovechar alimentos que sobren de otras comidas para hacer nuevos platos originales y de mucha calidad es uno de los objetivos principales. También hay propuestas que implican el aprovechamiento de partes de alimentos que normalmente lanzamos directamente.
> Consulta las recetas de aprovechamiento de Som Gent de Profit
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Los conocías todos? ¿Ya los aplicas a tu día a día? Compartimos otros artículos del blog para que profundices en la temática del desperdicio alimentario:
> El coste de los alimentos que se desperdician
> La entrevista: Ada Parellada
> 123 consejos para combatir el desperdicio alimentario
> Desmentimos algunos mitos sobre la caducidad de los alimentos
Ven a Menja, Actua, Impacta y aprende mucho más sobre aprovechamiento alimenticio. ¡Contamos con un apartado entero sobre derroche, propuestas de soluciones para combatirlo y mucho más!
Este artículo ha sido publicado originariamente en el portal web https://eat-life.fundesplai.org en el marco del proyecto europeo EAT:LIFE.