Mar 24, 2022 | Sin categoría

7 razones para reducir el consumo de carne

La FAO aconseja consumir como máximo 300 gramos de carne a la semana (si es roja, solo 200 g). La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición propone un consumo máximo de 2-4 raciones (100-125 gramos) de carne a la semana, preferiblemente de pollo o conejo y no más de 2 raciones de carne roja.

El informe del consumo alimenticio en España 2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recoge un consumo al año per cápita superior a los 50 kg.

En conjunto, el consumo de carne en España es de dos a cuatro veces mayor que las recomendaciones sanitarias y ecológicas.

¿Y por qué existen tantos organismos que quieren regular el consumo de carne? ¿Qué inconvenientes tiene para la salud de las personas y del planeta el consumo de carne? ¿Te lo has planteado alguna vez? A continuación, resumimos algunas de las razones para reducir el consumo de carne:

1. Ganar salud

El consumo excesivo de carne roja y alimentos procesados y ultraprocesados puede contribuir a generar obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc. Según la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) -perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS)- la carne procesada es carcinógena. Esto significa que puede provocar o favorecer la aparición de un cáncer.

Varios estudios de esta agencia confirman que existen evidencias suficientes para relacionar el consumo de carne procesada con el cáncer colorrectal. Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida a diario aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.

> Puedes profundizar en este asunto en la entrada » 24 alternativas a los bocadillos de embutido «.

2. Actuar ante la emergencia climática

La producción de carne es responsable del 14,5% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (equivalente a los gases producidos por todo el sector del transporte), según estimaciones de la FAO de 2016.

A lo largo del artículo analizaremos por qué el consumo excesivo de carne a escala global provoca tantas emisiones de gases de efecto invernadero.

3. Proteger la tierra y el agua

Para producir 1 kg de ternera se necesitan unos 15.400 litros de agua y, en cambio, para producir 1 kg de verdura o fruta solo se necesitan entre 200 y 900, según los cálculos de la Red de la Huella Hídrica .

Además, el modelo de producción industrial de carne va ligado a un modelo agrícola de monocultivos para la producción de piensos en el que se utilizan fertilizantes y plaguicidas sintéticos que contaminan el suelo, los acuíferos, los ríos y océanos.

Los purines resultantes de heces de vacas y cerdos también son una fuente importante de contaminación del suelo y el agua.

4. Evitar la deforestación y proteger la biodiversidad

El 75% de todas las tierras de cultivo del planeta están destinadas a producir comida para animales de ganadería industrial. Al convertir los hábitats naturales, como selvas y bosques, en tierras destinadas a la ganadería o a la producción de soja para la alimentación de los animales de granja, se está condenando a la extinción a muchas de las especies de estos hábitats.

Además, el cultivo de soja para la fabricación de piensos o forraje está vinculado a la utilización de pesticidas (herbicidas, fungicidas e insecticidas) que son causantes de una gran pérdida de biodiversidad. A escala europea, por ejemplo, se ha prohibido el uso de algunos plaguicidas que son perjudiciales para la supervivencia de las abejas y también para las personas consumidoras. Pero, ¿qué ocurre con todos los piensos y forrajes que se cultivan en otras zonas del mundo donde no existen normativas como esta?

Tal y como explica el Diari ARA en el reportaje “Vidas rotas por la soja” , una gran parte del pienso para alimentar a los 7,8 millones de cerdos de Cataluña proviene de la soja transgencia de Brasil. Teniendo en cuenta que hay más cerdos (7,8 M) que personas (7,7 M), es evidente que la cantidad de pienso que será necesario para alimentarlos será enorme, ¿verdad? Efectivamente: en el 2020 hicieron falta nada menos que 5 millones de toneladas de pienso para alimentarlos.

5. Contribuir al bienestar animal

El consumo de carne por encima de lo recomendado favorece el modelo industrial de macrogranjas que dificultan las garantías de bienestar animal. Pero… ¿qué significa «bienestar animal»? ¿Cuáles son las opciones de comer carne de animales que hayan tenido una vida digna?

1. Certificado de bienestar animal

La Certificación Welfair es un certificado independiente gestionado por el IRTA . Se basa en una evaluación y control que permite, tanto a productores como responsables de mataderos, conocer el estado de bienestar en sus instalaciones y realizar una mejora continua .

De este modo, se garantizan buenas prácticas en bienestar animal, respetuosas y sostenibles, que afectan a la mejora de los resultados . Además permite a los consumidores tener la garantía de que se aplican una serie de medidas estandarizadas y consensuadas a escala europea que velan por el bienestar animal en todo el ciclo productivo.

2. Ganadería extensiva

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, la ganadería extensiva es el conjunto de sistemas de producción ganadera que aprovechan eficientemente los recursos del territorio con las especies y razas adecuadas.

Además, es necesario contabilizar la producción con la sostenibilidad y generar servicios ambientales y sociales. Contempla aspectos clave como la utilización de razas autóctonas, la movilidad del ganado, el bienestar animal y el manejo ajustado a la disponibilidad espacial y temporal de los recursos disponibles en cada zona.

Esta actividad es esencial para el territorio y para la sociedad, puesto que no solo genera productos de calidad, sino que también configura el paisaje, ayuda a controlar los incendios forestales, regula los ciclos del agua y la calidad del suelo, ayuda a potenciar la biodiversidad y a conservar el patrimonio cultural y la identidad territorial.

3. Ganadería ecológica

Tal y como recoge el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalidad de Cataluña , la ganadería ecológica se centra en garantizar que los piensos y forrajes con los que se alimentan los animales sean de cultivo ecológico. Esto significa que deben ser libres de pesticidas.

También tiene en cuenta la calidad, seguridad, higiene, protección y bienestar de los animales. Existe, además, un reglamento específico para el bienestar y protección de los animales durante el transporte.

6. Evitar desigualdades

El sistema alimentario globalizado actual se basa en la generación de desigualdades ; desde la apropiación de tierras de cultivo en manos de unas pocas empresas hasta la sobreexplotación de los recursos naturales, que deja a la población local en manos de las multinacionales y los pactos institucionales. La producción de carne es uno de los elementos clave de estas desigualdades.

A modo de ejemplo, un total de 9.000 familias de Paraguay se ven obligadas a desplazarse cada año por culpa de la expansión de la soja para hacer pienso. Las comunidades son expulsadas de su casa, tal y como explican desde Amigos de la Tierra .

En el reportaje del Diari ARA se centran en la situación de Brasil. Las grandes propiedades agrícolas de soja han provocado una enorme pérdida de vegetación que para muchas personas es su fuente principal para vivir. Además, se encuentran bajo una constante amenaza de expropiación, ejercida incluso con violencia.

7. Formar parte de la revolución

Menja, Actua, Impacta es el nombre de la exposición sobre alimentación sostenible y saludable que hemos organizado desde Demà Sostenible y Fundesplai. Y su nombre tiene una intención muy clara: transmitir que nuestra forma de alimentarnos tiene un impacto muy grande sobre nuestra salud, la salud del planeta y todos los seres que habitan en ella. Por tanto, está en nuestras manos, las de la ciudadanía, las entidades, las empresas y las instituciones conseguir un mejor sistema alimentario para reducir los impactos negativos que genera en la actualidad.

Hacer un consumo responsable de la carne no es una moda pasajera, es una revolución alimenticia que se vive a través del propio cuerpo. Damos valor a los pequeños cambios alimentarios de cada persona y sumémoslos para que sean poderosos. Te proponemos que leas el artículo “¿Es el consumo de insectos una alternativa a la carne roja?” como propuesta revolucionaria de consumo de proteína animal.

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¿Qué te han parecido estas razones? Reduciendo el consumo de carne podrías cuidar más de tu cuerpo y la salud planetaria y favorecer una vida digna para miles de personas. ¿Te parecen motivos suficientes para realizar un consumo responsable de carne? La respuesta es clara, ¿no?

Queremos terminar el artículo citando una frase del rap inmersivo del inicio de la exposición Menja, Actua, Impacta: “No hace falta ser Ferran Adrià, ni hacerse vegetariano, tan solo tienes que centrarte en tu plato”. ¡Te dejamos una versión reducida del rap por si aún no la has visto o quieres refrescarte la memoria!

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Este artículo ha sido publicado originariamente en el portal web https://eat-life.fundesplai.org en el marco del proyecto europeo EAT:LIFE.