Beneficios de los huertos urbanos: cultivar un futuro sostenible

En medio del asfalto y el estrés de la vida urbana, los huertos urbanos florecen como pequeños paraísos verdes. Para algunas personas, son espacios donde la gente planta pimientos; pero para otras son pequeños oasis en el centro de la jungla de coches que es la ciudad. Estas parcelas, o pequeños espacios en los balcones, nos ofrecen una serie de beneficios personales, pero también a nuestro entorno.

Por otra parte, especialmente en las grandes ciudades, es importante destacar que se vincula un movimiento popular que busca abrir espacios y luchar en contra de la especulación inmobiliaria.

Motivos para tener un huerto urbano

Educación ambiental

Los huertos urbanos pueden ser una gran herramienta educativa para niños y niñas, pero también para adultos; ¡abre la guía elaborada por el equipo de Fundesplai Mon Escolar y a aprender! ¿Cómo crece un pimiento? ¿Cómo es que la tomatera es igual pero el fruto es tan distinto? ¿Se puede cultivar una lechuga sin suelo sólo en agua? Gracias a los huertos urbanos aprendemos sobre botánica, lo importante que es la conservación y la sostenibilidad y algunas habilidades prácticas que cada vez quedan más olvidadas.

Por otra parte, los huertos urbanos ayudan a entender el ciclo de crecimiento de las plantas, lo importante que son los insectos polinizadores y pone en valor el trabajo en el campo; enseñando la dificultad que supone mantener y cuidar un huerto, por pequeño que sea.

Estimula la biodiversidad

¿Crees que con un espacio pequeño del balcón no haces nada? Una planta no es una vida, ¡son muchas! ¡Insectos, pájaros o pequeños mamíferos pueden visitarnos y siempre son bienvenidos! Esta vida nos ayudará a regular las plagas que puedan sufrir las plantas; por ejemplo, las mariquitas suelen comerse los pulgones y pueden utilizarse como alternativa a pesticidas.

Otro ejemplo de insectos importantes, por supuesto, son las abejas o las mariposas. Hay plantas y flores que por su aroma o color estimulan la aparición de insectos polinizadores. Sin esos insectos, el planeta no sobreviviría. ¡Cuidarlos es cuidarnos!

Fortalecimiento de comunidades

Durante los años ochenta surgió un movimiento social en Europa que luchaba por recuperar los espacios vacíos donde especuladores y constructores querían estar. Fruto de esta lucha vecinal, como explica La Directa, nació l’Hort de l’Avi en 1986 en el barrio de Gràcia. En 2013 ya había alrededor de 500 huertos urbanos sólo en la ciudad (legales o ilegales) de Barcelona.

Estos vínculos y trabajos comunitarios ayudan a trabajar en muchos sentidos, no sólo el trabajo que comporta el huerto. Ayudan a transmitir el conocimiento de generación en generación mientras se trabaja para borrar la brecha generacional, son muy importantes en la inserción de personas migrantes o sin hogar (gracias a romper estigmas y generar vínculos entre las personas que participan), crean comunidades que trabajan por el bien del barrio y pequeños pulmones verdes dentro de grandes bosques de hormigón.

Beneficios para la salud física y mental

Ver germinar una semilla y cosechar su fruto es una sensación especial, una vez hecha la cosecha todo es mejor. El cuidado de un pequeño huerto hace que el ruido que se acumula durante el día en la oficina se diluya ayudando a mejorar el estado emocional.

Según la Encuesta de Salud de Catalunya (ESCA), más de 700.000 catalanes y catalanas (el 9% de la población) de más de 15 años sufren depresión. Tener un huerto no curará nada, pero sí está estudiado que realizar este tipo de actividad reduce la ansiedad y la depresión a la vez que mejora el estado emocional general.

Por otra parte, mantener un huerto urbano –por pequeño que sea– conlleva un ejercicio diario con los beneficios asociados. Otra consecuencia directa de la explotación de un huerto urbano (o dedicar un espacio al balcón o terraza), es crucial para mantener una vida saludable y sostenible: acceso a frutas y verduras de temporada y de KM 0.

Acceso a alimentos frescos, sostenibles y de temporada

Evidentemente, el beneficio más directo de tener huerto urbano es tener frutas, verduras y hortalizas siempre disponibles. Ahora bien, ¿somos conscientes de lo que conlleva?

No es necesario tener una parcela cedida por el Ayuntamiento con herramientas profesionales; en el tejado de la comunidad de vecinos o en un rincón del balcón se pueden tener pequeños huertos de madera o las macetas que consideramos; con tomates, acelgas, pimientos, ajos, perejil… ¡Todo libre de desperdicio, intermediarios, pesticidas, conservantes y de plásticos!

Reducción de la huella ecológica

Las producciones en los huertos urbanos no son tan grandes como la de los parques agrícolas, evidentemente, pero nos sirven para reducir la necesidad de transportar alimentos. Esto disminuye drásticamente la energía y los recursos que se consumen, así como las emisiones de carbono.

En las grandes ciudades de Europa el compostaje es más conocido, pero hay que decir que en Barcelona existen varios puntos de compostaje comunitario, público y colectivo. Gracias a esta iniciativa, podremos tener fertilizante gratuito para nuestro huerto o proyecto.