Nov 24, 2022 | Sin categoría

La entrevista: Ana Moragues, ingeniera agrónoma

Desde hace unos años, la ingeniera agrónoma Ana Moragues estudia los sistemas agroalimentarios y la seguridad alimentaria . Especializada en medio ambiente y doctorada en economía agrícola, sociología rural y política alimentaria, recientemente también ha empezado a poner el ojo en el surgimiento y evolución de las estrategias alimentarias urbanas .

Moragues está involucrada en la investigación de acción participativa con organizaciones como la red Sustainable Food Cities del Reino Unido. También es autora del libro «La alimentación sostenible: manual para ciudades» , publicado en 2020.

En la entrevista que compartimos a continuación, Ana Moragues habla sobre soberanía alimentaria, productos de proximidad y reflexiona sobre el futuro y el impacto del actual sistema alimenticio en el planeta.

¿QUÉ ES LA SOBERANÍA ALIMENTARIA?

“La soberanía alimentaria es el derecho de las personas a alimentos saludables, culturalmente apropiados y producidos de forma sostenible .

También es el derecho a decidir sobre nuestros sistemas alimenticios , sobre el tipo de alimentación que queremos tener.

Se basa en formas de producción agroecológica, conectadas a los ritmos de la naturaleza y que respetan aspectos de justicia social y redistribución económica.”

¿QUÉ ENTENDEMOS POR PRODUCTOS DE PROXIMIDAD?

“El concepto de producto de proximidad es complejo. Por un lado, a menudo definimos proximidad en relación con la distancia entre el lugar de producción y el lugar donde consumimos este alimento . Algunas iniciativas, como mercados de productores, establecen límites, por ejemplo, de 100 o 200 kilómetros, o que se haya producido en un sitio concreto, como Cataluña.

En muchas ocasiones, utilizamos producto de proximidad como aquel que se ha producido de la manera más local posible y de temporada.

Sin embargo, también es importante destacar otro aspecto de la proximidad: el número de eslabones que hay entre la persona productora y la persona consumidora . Puede que estemos consumiendo un producto producido junto a nuestra casa, pero que ha pasado por tres o cuatro intermediarios y quizás ha viajado por diferentes lugares.

Por tanto, el producto de proximidad también es aquel que promueve el circuito corto y conserva valor para la persona productora dentro de la cadena agroalimentaria .”

EL IMPACTO DEL ACTUAL SISTEMA ALIMENTARIO GLOBALIZADO

“Las consecuencias de este sistema alimenticio globalizado son múltiples.

El hecho de que los alimentos viajen de forma kilométrica tiene efectos sobre el gasto energético , la necesidad de construir infraestructuras , la desconexión de ciudades y territorios con su agricultura local y sus ritmos locales y estacionales, y también la concentración de poder dentro de la cadena agroalimentaria.

Si nos fijamos en algunos de estos datos, diez empresas controlan el 90% del transporte de alimentos en el mundo. También, diez empresas controlan el 90% del procesamiento de alimentos en el mundo, y en torno a otras diez corporaciones son las que concentran el 30% de las ventas de alimentos en el mundo.

Por tanto, este sistema promueve que el alimento se considere una mercancía en lugar de un bien común y un derecho.”

EL CONSUMO DE PROXIMIDAD COMO RETO DE FUTURO

“En un mundo cada vez más globalizado, el reto de las ciudades es cómo consumir alimentos locales . Debemos pensar que las ciudades las hemos ido desarrollando a nuestra imagen y semejanza, pensando en qué tipo de vidas queremos tener, qué tipo de relaciones queremos construir y, por tanto, también podemos transformarlas.

Podemos tener ciudades en las que nos alimentamos en el coche con comida ultraprocesada mientras vamos corriendo a nuestro puesto de trabajo o ciudades con espacios abiertos y comunitarios, donde compartimos y celebramos la alimentación y la cultura locales.

Hay diferentes formas de consumir proximidad dentro de las ciudades. Podemos, por ejemplo:

  1. Fomentar espacios en los que se puedan cultivar alimentos , los huertos urbanos , y proteger zonas agrícolas, urbanas y periurbanas.
  2. Crear y participar en grupos de consumo agroecológico y cooperativas de consumo agroecológico que aporten productos de proximidad y vuelvan a conectarnos con las zonas productivas más cercanas.
  3. Promover infraestructuras alimentarias públicas , como los mercados de alimentos, los mercados tradicionales, los mercados de productores en la vía pública…
  4. Facilitar que las personas productoras alrededor de nuestras ciudades puedan llevar sus alimentos al corazón de estas.
  5. Crear políticas públicas que alientan a las personas más vulnerables de nuestra sociedad a consumir productos de proximidad, por ejemplo, en los comedores escolares, pero también en las residencias de personas mayores y en los hospitales.

Hay, por tanto, muchas fórmulas para fomentar este consumo de proximidad, donde también podemos implicar al sector de la restauración, las tiendas de barrio y las diferentes iniciativas que se desarrollan dentro de nuestras ciudades.”

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA ACTIVAR EL CAMBIO?

“Cada día nos levantamos y tomamos unas 200 decisiones relacionadas con nuestra alimentación . Podemos, por tanto, transformar de forma individual y colectiva nuestro sistema alimentario.

Podemos llevar a cabo acciones de forma individual y colectiva que generen justicia social, que regeneren nuestros ecosistemas, que nos reconecten con nuestros territorios, que nos permitan tener una vida sana y habitable, y disfrutar de nuestra comida.”

¿Qué te ha parecido la entrevista? ¿Sabías el gran impacto que nuestro sistema alimenticio tiene en el medio ambiente? ¿En tu casa consumes productos de proximidad?

Ven a la exposición Menja, Actua, Impacta y descubre más sobre las consecuencias del sistema alimentario en el planeta y la importancia de consumir alimentos de proximidad.

Este artículo ha sido publicado originariamente en el portal web https://eat-life.fundesplai.org en el marco del proyecto europeo EAT:LIFE.