¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre más allá de tu plato? Los alimentos que comes pueden haber hecho muchos kilómetros y pasar por muchas manos antes de ser ingeridos.
Actualmente, se ha establecido un sistema de producción industrial global, que almacena y transporta alimentos desde cualquier lugar del mundo y en cualquier día del año.
La gran distancia entre la producción y el consumo esconde numerosas consecuencias sociales y ambientales. Por un lado, supone un gran gasto de energía y la construcción de muchas infraestructuras. Por otro lado, nos hace vivir desconectados de los ritmos estacionales de la agricultura local. Este sistema causa una pérdida de soberanía alimentaria de los territorios y fomenta relaciones injustas dentro de la cadena alimentaria, por lo que solo se benefician las empresas del sector que tienen mayor poder económico.
Si quieres aprender más sobre el camino que hacen los alimentos desde el momento en que se cosechan hasta que llegan a tu plato, lee este artículo.
Tal y como se explica en el informe Alimentos Kilométricos, los alimentos que más kilómetros recorren desde el extranjero hacia España son el pienso para animales, el pescado, los crustáceos, los moluscos, el café, el té, el cacao o las legumbres, entre otras.
Las gambas, uno de los alimentos habituales en las comidas navideñas, se encuentran en este listado de productos que viajan por todo el mundo antes de llegar a tu plato. Seguro que compras las gambas en el supermercado de cerca de casa, pero, ¿sabes de dónde provienen realmente o por qué países han pasado antes de llegar aquí?
EL VIAJE DE LA GAMBA
Aunque Cataluña es una zona de pesca de gamba, como la famosa gamba de Palamós, gran parte de la gamba que se consume en Cataluña y España proviene de otros países como Tailandia, Indonesia, México, Ecuador, Honduras o Vietnam, donde se cultivan en zonas de manglares.
Desde esos países, las gambas se envían a China para ser peladas y congeladas. Posteriormente, viajan a países europeos, como Inglaterra u Holanda, donde son rebozadas. Es desde estos puntos donde se inicia posteriormente la distribución en el resto de países europeos, entre los que se encuentra España.
El largo viaje globalizado de la gamba tiene consecuencias negativas para el medio ambiente, como el gran impacto en CO2 generado en todo el mundo, derivado de su transporte.
Sin embargo, el cultivo masivo de gambas también está provocando la destrucción de ecosistemas y la deforestación de los bosques de manglares en los países productores, lo que aumenta la vulnerabilidad frente a los huracanes y del cambio climático.
Por ejemplo, en Tailandia, el comercio de las gambas no solo está destruyendo los manglares, sino que también está contaminando a los estuarios y agotando las reservas locales de agua dulce, como se explica en este informe de Greenpeace.
De cara a los próximos años, está previsto que el comercio mundial de gambas del sur este asiático se triplique. Entonces, ¿se triplicará también su impacto negativo en el planeta?
Para poner freno a los viajes de las gambas y reducir la huella en el medio ambiente, es necesario priorizar la compra de alimentos de proximidad. Y te estarás preguntando… ¿Dónde puedo encontrar gambas en Cataluña? Pues las más famosas son las de Palamós, Vilanova o Sant Carles de la Ràpita, así como también puedes encontrar gamba roja y gamba blanca procedente de varios puertos españoles.
¿Te ha parecido interesante el artículo? ¿Sabías los miles de kilómetros que realizan las gambas para llegar a las cocinas catalanas?
¡Ven a la exposición Menja, Actua, Impacta para aprender más sobre la alimentación local y de proximidad!
Este artículo ha sido publicado originariamente en el portal web https://eat-life.fundesplai.org en el marco del proyecto europeo EAT:LIFE.