Desde el neolítico, la agricultura ha sido uno de los fundamentos de nuestra supervivencia como especie. En Cataluña, y en el mundo, el cultivo ha sido crucial en la evolución de las sociedades y culturas. En nuestra nación ha marcado momentos tan importantes como la Guerra dels Remences o las luchas agrícolas actuales que piden precios justos por sus productos.
La agricultura catalana genera aproximadamente 1,6 mil millones de euros de ingresos anuales y ocupa, según el IDESCAT, aproximadamente 53.100 personas trabajadoras. Además, los espacios agrícolas tienen un papel fundamental en el paisaje y contribuyen a la riqueza cultural.
La agricultura moderna industrializada, sin embargo, ha favorecido la homogeneidad de cultivos, poniendo en riesgo la diversidad agrícola que caracterizaba a Cataluña.
En este artículo exploraremos cómo la recuperación de semillas de variedades de cultivos antiguas puede favorecer la agricultura sostenible y diversa.
La diversidad, en riesgo
La agricultura moderna industrializada, enfocada en cultivos comerciales de alto rendimiento y homogeneidad, ha llevado a la pérdida de la gran diversidad agrícola que tradicionalmente ha caracterizado a Cataluña y a muchas otras regiones del mundo. Muchas especies de cultivo autóctonas y tradicionales han sido desplazados por cultivos económicamente más rentables.
Un informe reciente de la Asociación de Agricultura Sostenible de Cataluña (AASC), señala que durante los últimos 100 años hemos sufrido una drástica disminución en la diversidad de cultivos, llevando muchas especies autóctonas y variedades tradicionales cerca de la extinción.
El informe encuentra que la diversidad de cultivos en Cataluña está disminuyendo a un ritmo rápido. En 2021, sólo se cosechaban 1.000 variedades de cultivos en Cataluña, en comparación con las 10.000 variedades que se recogían en 1950.
Esta disminución de la diversidad de cultivos es causada por diversos factores, como por ejemplo; la demanda de los mercados, tanto locales como globales, el uso de pesticidas y herbicidas, y el cambio climático, entre otros.
En los últimos años, hay un movimiento creciente para recuperar la agricultura tradicional con sistemas de producción sostenibles. Este movimiento defiende un sistema agrícola más sostenible y respetuoso con la naturaleza. Se basa en los principios de la agricultura ecológica, que incluyen la rotación de cultivos, el compostaje y la gestión natural de plagas.
Reviviendo el pasado: recuperamos especies de cultivo
En Cataluña hay un gran movimiento que busca la recuperación de semillas de especies y variedades de cultivo desaparecidas o en desuso y cada vez tiene más fuerza; personas que se dedican a la agricultura, científicas y amantes de las plantas colaboran para preservar y volver a introducir variedades autóctonas.
Tanto es así, que en todo el territorio catalán hay varios bancos de semillas, autogestionados y también de la Generalidad, que llevan a cabo las tareas de recoger, investigar, reproducir y almacenar en buenas condiciones nuestro patrimonio agrícola.
Esta tarea no sólo tiene que ver con la biodiversidad, que es muy importante, también con la diversidad de gustos y colores, texturas olvidadas, tradiciones culinarias y la promoción de la seguridad alimentaria local.
Algunas de las entidades o instituciones catalanas referentes en la recuperación de semillas tradicionales son: