Los aditivos alimentarios son sustancias que añadimos a los alimentos para mejorar su apariencia, sabor, textura, conservación y seguridad, desde la recolección hasta el consumidor final. Son elementos muy comunes en la mayoría de los alimentos procesados y ultra procesados, pero mucha gente no sabe qué son ni cómo entenderlos.
Los tipos de aditivos alimentarios se pueden dividir en seis grupos: conservantes, colorantes, aromatizantes, texturizantes, agentes diversos y aditivos nutricionales. A continuación vemos un esquema resumido de la clasificación.
¿Para qué utilizamos los aditivos?
Esta pregunta tiene múltiples respuestas. En primer lugar, mejoran la seguridad de los alimentos porque previenen que se florezcan. Esto comporta directamente una vida útil de los alimentos más larga, lo que permite enviarlos más lejos sin que haya deterioro ni tanto desperdicio. Además, también se utilizan para mejorar el gusto, la textura y el aspecto de la comida que compramos.
Por otra parte, los aditivos que se utilizan en la Unión Europea deben evaluarse. Por eso, deben demostrar que son seguros a las cantidades utilizadas, que son necesarios en los alimentos en los que se autorizan y que no llevan a engaño al consumidor.
¿Cómo identificar un aditivo?
Deben estar indicados en la etiqueta del envase del alimento, sea por su nombre común o por el denominado número E, que es el código que hace uso la Unión Europea. Por ejemplo, cuando se utiliza ácido acético como antioxidante, en el etiquetado se podrá encontrar: antioxidante (ácido acético) o antioxidante (E 260)(AESAN, 2022).
Riesgos y desventajas de los aditivos alimentarios
Algunos aditivos pueden ser perjudiciales para la salud, por eso se hacen análisis exhaustivos. Por otra parte, el mejor alimento es el que es fresco, no procesado y que, por tanto, no necesita aditivos para conservarse. Además es importante recordar que todo aditivo tiene unas dosis máximas de consumo y ciertos riesgos asociados.
¿Son revisables los aditivos?
La respuesta es sí y lo regula el Reglamento (CE) núm. 1333/2008, que establece que la Comisión debe crear un programa para revaluar la seguridad de los aditivos alimentarios, centrando esfuerzos en los permitidos antes de enero de 2009. El organismo encargado es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o Agencia de Seguridad Alimentaria (EFSA).
¿Los aditivos naturales son mejores que los sintéticos?
Actualmente la sociedad es más consciente y se interesa mucho por lo que come. Por ello, los aditivos naturales han ido ganando terreno tanto por parte de las industrias alimentarias como de los consumidores. Son bastante prometedores, pero todavía presentan algunos inconvenientes y limitaciones, como por ejemplo:
1) Dificultad para encontrar fuentes que los producen, provocando en algunos casos una sobre recolección que a su vez puede llevar daños a los ecosistemas en los que se insertan.
2) Toxicidad: deben realizarse estudios toxicológicos, cancerígenos y de otros tipos de seguridad para garantizar su seguridad y evitar sustos.
3) Efectos sinérgicos y la capacidad de realizar muchas funciones a la vez: parece positivo, pero hace que algunos aditivos no sean compatibles con otros o con ingredientes del mismo alimento.
¿Cuál es el futuro?
A pesar de estas limitaciones, los aditivos alimentarios naturales son el futuro de la conservación de los alimentos debido a los beneficios y sinergias para la salud, ganando aún más interés en el futuro con las limitaciones que se están solucionando. Últimamente, se ha fomentado su consumo y existen nuevos productos que muestran etiquetas de “todos los aditivos naturales” o “sin aditivos sintéticos”; un paso más para comer mejor y más natural.
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Este artículo ha sido publicado originariamente en el portal web https://eat-life.fundesplai.org en el marco del proyecto europeo EAT:LIFE.